En montañas antioqueñas, con expectativa de llegar y en un suspiro súbito que no alcanzó a resoplar, 132 narices dejaron de airear. Entre paramuna oscuridad, creyeron que a su pájaro no le quedaba sino arribar. Antes de que sus cuerpos de a poquito se estallaran ¡La tranquilidad! Reinó un halo sobre las cabezas entonces desprevenidas inocentes de la fatalidad como en toda tempestad. Sintieron, engañadas las narices un tenue vibrar del avión y en los pechos camanduleros la llamada muerte del justo en sutil canción se avivó. En un sosegado cerrar de los ojos ante la ideal temperatura del cuerpo con los besos deseados en el asiento del lado y entre las inocencias de quien cree haber llegado 132 narices dejaron de soplar. En su último baño y para ser limpiados con el lago de Campanas los cuerpos se aparearon. La serenidad de quienes murieron asentó entre páramos tres cruces. La memoria de l...
Nació en Itagüí (Antioquia) en 1992. Creció en el constante tránsito entre los barrios 20 de Julio y El Socorro, donde fue provocado, por vez primera, entre grafitis y balaceras, su pensamiento literario. Es antropólogo de la Universidad de Antioquia y profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana. Autor del poemario "La dicha y después de ella".