Sonaba el bolero: "Cuatro puertas hay abiertas al que no tiene dinero: el hospital y la cárcel, la iglesia y el cementerio..." Era raro que en el psiquiátrico sonara música, pero este era ya un día raro. Sonaba ese bolero y no podía ser más propicio para la ocasión. Mientras Manolo, el celador de la mañana, lo escuchaba, a un candado de distancia de él una conversación catastrófica sucedía entre Alex y Mariela. - Usted no quiere sino esto pa´ mí. - Lo mejor que le puedo ofrecer es otro manicomio... es eso, o lo suelto y se olvida que tiene mamá. - Listo. Entonces suélteme y me olvido de mamá. - ¿A usted no le da pena? Vea, ¿qué dirá la gente? Preguntó Mariela señalando a Manolo con sus labios y plácida al verse ganadora de la conversación. Entre Alex y Manolo se repartieron la vergüenza, reconocieron que con ella cualquier conversación queda finiquitada y en una complicidad casi erótica, se miraron y cantaron mentalmente, exactamente lo mismo: "... e...
Nació en Itagüí (Antioquia) en 1992. Creció en el constante tránsito entre los barrios 20 de Julio y El Socorro, donde fue provocado, por vez primera, entre grafitis y balaceras, su pensamiento literario. Es antropólogo de la Universidad de Antioquia y profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana. Autor del poemario "La dicha y después de ella".