Esta era una mujer que deseaba, con las ganas que la rana añora el primer croar de la mañana, divorciarse de su esposo. Y lo hubiera logrado desde hace mucho si no fuera por el anillo, el maldito anillo , que desde 1999 yacía adherido, soldado, engomado a su anular derecho. Cuando intentó divorciarse rompiendo el oficio eclesial, la secretaria de la oficina cural le dijo: No puedes, no mientras ese anillo siga adherido a ti . Alguna vez intentó divorciarse, cual contadora de tragedias, numerando uno por uno los golpes recibidos por parte de su esposo, sin embargo, durante la audiencia, el juez concluyó: La solicitud de divorcio esta desestimada, y así lo estará mientras ese anillo continúe en su anular . Otra vez, incluso, mató a su esposo decidida a declararse viuda y, por fin, libre; sin embargo, en las calles del pueblo se chismorreaba: No, no se va a liberar siempre y cuando ese anillo alumbre su mano . Hasta que un día, desprevenida y con pereza dominical, proyectando no lava...
Nació en Itagüí (Antioquia) en 1992. Creció en el constante tránsito entre los barrios 20 de Julio y El Socorro, donde fue provocado, por vez primera, entre grafitis y balaceras, su pensamiento literario. Es antropólogo de la Universidad de Antioquia y profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana. Autor del poemario "La dicha y después de ella".